Punto y final, punto y a parte... Me he sentido tan y tan alabada.... Ahora resulta que alguien se siente identificado con Chus Calleja, un personaje totalmente fruto de mi imaginación. Genial. Eso debe ser que las historias no son tan alocadas como parecen ser y. Que mi punto de vista hace subir más el pan de lo que pensaba.
Si es que hay tanta gente que vive tantas experiencias... Que hacemos un cóctel con todas ellas y las personificamos en un individuo ficticio y hasta resultará que el personaje existe en la vida real, tal y como me ha pasado con Chus, me hace tanta gracia... En fin, no sé quien eres en la realidad pero gracias por leer el blog, en serio, de verdad, no creí que hubiera alguien que se interesase tanto en lo que pasa por mi cabeza, y lo que es mejor, que se pegue tantas molestias en mantener "un encuentro" que se puede acabar en cualquier momento.
Por mi parte... ¿Qué decir? Ante todo, una vez más gracias por ir leyendo estos escritos TOTALMENTE FICTICIOS paralelos a la realidad, gracias por identificar con la vida real algún personaje y es que tiene que haber de todo, absolutamente de todo.
Supuesto Chus, si lees esto, si te pegaste tantas molestias por cerrar una puerta, ¿por qué sigues mirando por la mirilla? ¿Quieres 300 euritos más de una familia obrera ahogada por la crisis? ¿Enserio serias capaz de marcarte un día en el calendario para volver a verme? Aix... Que me pongo roja. ¿No sería más cómodo olvidarte de mi y de mi blog? Un poco falso el mensaje de mayo de olvidate de mi, y todo eso, si eres tu el que fuerza los encuentros... Y tan solo por el comentario de poner unas opiniones de una sentencia.... ¡Qué fuerte! Me parecías más listo sr. Chus (que no existes). La indemnización está pagada, cogela y disfruta de la vida con positividad, olvida los tropiezos que hayas tenido, o solo te preocupa este tema en la vida, que no creo.
En fin, una vez más gracias aquella persona que se ha sentido identificada, pero una vez más insisto que todo eso no existe, viene siendo algo así como el final de los Serrano, en que al final nada ocurrió, todo fue un sueño, y los sueños, tal y como dijo Calderón de la Barca, sueños son.
